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Spanish to English: Prevention of cervical and breast cancer in health services and non-governmental organizations in the city of Buenos Aires General field: Medical Detailed field: Medical: Health Care
Source text - Spanish (Fragmentos de un artículo de la Revista Salud Colectiva. Versión en español completa disponible en: http://revistas.unla.edu.ar/saludcolectiva/article/view/33/pdf)
La prevención del cáncer de cuello de útero y de mama en servicios de salud y organizaciones no gubernamentales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
INTRODUCCIÓN
En Argentina, como en numerosos países del mundo, el cáncer de mama es la principal causa de muerte por cáncer en las mujeres. Se estima que cada año se diagnostican alrededor de 17.000 casos nuevos y mueren aproximadamente 5.400 mujeres a causa de la enfermedad. el cáncer de mama es difícilmente prevenible y las acciones sanitarias deben centrarse en la detección tem-prana y la implementación de tratamientos ade-cuados (1) (a).el cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte por cáncer en la población femenina a nivel nacional. las estimaciones indican que cada año se diagnostican alrededor de 3.000 casos nuevos y mueren aproximadamente 1.800 mujeres, a pesar de que esta enfermedad puede prevenirse (2). Si bien la carga de esta enfermedad es menor a la registrada en otros países de América latina, existe un marcado contraste en las tasas de morta-lidad entre las provincias de Argentina (3). las tasas de la mortalidad por cáncer de mama también varían entre las distintas jurisdic-ciones del país. en el quinquenio 2003-2007, la ciudad Autónoma de Buenos Aires (cABA) pre-sentó la tasa de mortalidad por cáncer de mama más elevada (28 vs 22,4 por 100 mil mujeres a nivel nacional) (1) y en el trienio 2004-2006 la tasa más baja de mortalidad por cáncer de cuello uterino (3,8 vs 7,2 por 100 mil mujeres a nivel nacional) (4). en esta jurisdicción persisten fuertes desigualdades sociales en los cuidados del cáncer entre las mujeres de diferentes estratos socioeco-nómicos (5-8). Algunas investigaciones que analizaron el cáncer de cuello uterino y el cáncer de mama en la Argentina demostraron que la acción de las instituciones y de los profesionales de salud tiene una gran incidencia en las prácticas preventivas, diagnósticas y terapéuticas de estas enfermedades (1,3,5-13). Dentro de estos estudios, aquellos que examinaron las barreras de acceso al Papanicolaou (PAP) y la mamografía así como los factores que ocasionaban el abandono de las mujeres con PAP anormal en las etapas del diagnóstico, seguimiento y tratamiento del cáncer, en hospitales públicos y/o privados del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y otras regiones del país, señalaron problemas vinculados a la implementación de políticas públicas de prevención en los servicios de salud y a los recursos físicos y humanos dispo-nibles. la escasa institucionalización de los pro-gramas gubernamentales, la ausencia de la función educativa de la consulta médica, la falta de capa-citación para la toma de mamografías de tamizaje y la lectura del PAP, los largos tiempos de espera para la atención, las demoras en la entrega de resultados y la realización de los tratamientos, así como la falta de seguimiento de resultados posi-tivos y de acciones de monitoreo y evaluación, fueron algunos de los obstáculos identificados. en el lado opuesto, otros estudios señalaron que el buen vínculo con los profesionales, así como ciertas estrategias desplegadas por los propios médicos y los equipos de salud (localización de las mujeres para la entrega de resultados) incidía notoriamente tanto en la comprensión de los resul-tados de un PAP anormal como en la permanencia de las mujeres en los procesos de seguimiento y tratamiento de la enfermedad.en un contexto fragmentado del sistema de salud con fuertes heterogeneidades en el acceso y agudas desigualdades sociales en las prácticas preventivas en salud sexual y reproductiva en las mujeres (14-17), el propósito de este artículo (c) es reflexionar sobre los alcances y las limita-ciones de los enfoques de prevención del cáncer de cuello de útero y de mama en los servicios de salud público, privado y de la seguridad social y en las organizaciones no gubernamentales (ONG) de la CABA que intervienen en la tarea de reducir la magnitud de esas enfermedades.
Prevención del cáncer e instituciones de salud
La prevención de enfermedades ha estado estrechamente relacionada con creencias y evi-dencias sobre la salud y sus condicionantes, basadas en aspectos demográficos, epidemioló-gicos, socioeconómicos, políticos, culturales y tecnológicos de cada sociedad en un determinado momento histórico (23). A partir de la moderni-zación de las sociedades occidentales y del proceso de medicalización iniciado en el siglo XVIII (24), el modelo preventivo, basado en el aislamiento de las personas enfermas, pasó a otros ejes, fun-damentados en el reconocimiento de derechos y el ejercicio de la ciudadanía ligados a las mejoras en las condiciones ambientales y sociales de vida, la educación, la participación comunitaria y la integración interdisciplinaria e intersectorial, lo cual significó una ampliación del campo de acción en prevención más allá del sistema de salud y del campo de la medicina (25-27). esos cambios conceptuales implicaron la ampliación de un abordaje restringido, de orden biomédico, hacia otro de carácter más integral, complejo y multidimensional (28,29). A partir de la década de 1970, época en que se recuperó el enfoque de la medicina social del siglo XiX, la mayor complejidad de los marcos conceptuales se ha expresado en distintas posturas, como la atención primaria de la salud (APS) (30) y la promoción de la salud (31,32) –concepciones apoyadas por los organismos internacionales de salud (33,34)– así como en la incorporación del concepto de vulne-rabilidad (35). la adopción de una visión amplia sobre los problemas de salud y enfermedad y las estrategias para evitarlos ha tenido, sin embargo, escaso correlato en acciones concretas (29,36-38). Uno de los problemas sigue siendo el modelo predominante de atención médica, que pone el énfasis en la cura de enfermedades, la estructura hospitalaria y el desarrollo de tecnología de alta complejidad por sobre la atención primaria y las acciones preventivas. Otros problemas se sitúan en el modelo sanitario basado en la medicina, con su concepción de soluciones ligadas al acceso a los servicios de salud y la expansión de la asis-tencia sanitaria, que dificulta el trabajo multi-disciplinario y, además, estructura las acciones preventivas y de educación para la salud mediante la divulgación de información y recomendaciones para modificar los comportamientos individuales (39), sin considerar los factores socioeconómicos, históricos, culturales y de género que condicionan las prácticas preventivas (40-48). en coincidencia con Sergio Arouca (36), creemos que el principal problema de la medicina preventiva consiste en la dificultad de transformarla en un movimiento político que ponga en práctica los cambios. Según el enfoque de la integralidad en salud (27-49) (d), el cuidado del cáncer de cuello uterino y de mama se define como un proceso integrado por distintos componentes: la prevención primaria, que incluye la educación, la sensibilización, la concientización, las campañas de vacunación contra el virus Virus del Papiloma Humano (VPH); la denominada prevención secundaria o detección temprana de lesiones precancerosas y de cáncer; el diagnóstico, seguimiento y tratamiento de esas patologías; el acompañamiento de las mujeres a las que se les ha detectado algún tipo de lesión; así como otras medidas orientadas al mejoramiento de sus condiciones de vida y su bienestar general, que pueden promoverse a partir de la acción arti-culada y coordinada de distintos sectores sociales. la acción colectiva permite generar condiciones políticas, sociales y culturales para el ejercicio del cuidado de la salud que, en las mujeres, está mediado por cubrir las necesidades de otras per-sonas, así como por las normas sociales y creencias que moldean sus prácticas. la detección temprana de lesiones precan-cerosas y de cáncer a través de técnicas como el PAP, en el caso del cáncer de cuello uterino, y la mamografía, en el caso del cáncer de mama, es sumamente efectiva para reducir la morbilidad y la mortalidad por estas enfermedades (50), cuando se acompaña de un diagnóstico de calidad, un tra-tamiento oportuno y un seguimiento apropiado (51); todo ello requiere de una organización y un funcionamiento adecuado de los servicios de salud. Desde la perspectiva de la integralidad en salud, el concepto de prevención no puede pen-sarse aisladamente del diagnóstico, el seguimiento y el tratamiento de la enfermedad, así como de los demás componentes incluidos en el cuidado, como el derecho a la educación, entre otros. en otras palabras, de nada sirve informar a las mujeres sobre los factores asociados a la aparición del cáncer ni facilitar el acceso al PAP y la mamografía si no se asegura que se puedan cumplir correcta-mente todas las demás etapas del cuidado (1-3). Un desafío importante en prevención del cáncer de cuello de útero y de mama es lograr que las mujeres adopten comportamientos de cui-dados para detectar esas enfermedades, muchas veces invisibles en su primera etapa de aparición. Para una prevención efectiva es imprescindible que las mujeres concurran periódicamente a los servicios de salud a realizarse el PAP y la mamo-grafía, retiren el resultado de esos exámenes y, si se han detectado lesiones precancerosas o cáncer, realicen los tratamientos (11-13). Otro desafío es lograr que las mujeres no posterguen el cuidado de su salud y permanezcan a lo largo de la vida en los procesos de cuidado que exige la prevención del cáncer, aun cuando existan cuestiones fami-liares y laborales que atender (52-54). en contextos de vulnerabilidad social, pobreza estructural y violencia (55), los desafíos son aun mayores y las mujeres enfrentan una serie de problemas acuciantes: ¿cómo priorizar la visita al centro de salud cuando hay urgencias que resolver como la falta de alimentos, vivienda y empleo? es preciso además agregar el desafío que implica para algunas mujeres tener que superar sentimientos muy íntimos, relacionados con la vergüenza a exponer el cuerpo en la revisación ginecológica y de mamas, el miedo a sentir dolor en los exámenes y el temor al cáncer, la incapacidad y la muerte (56). en este escenario, una pregunta necesaria es: ¿cómo lograr que la prevención del cáncer sea resultado de una acción autónoma, informada y demandada por las mujeres? A diferencia de las interpretaciones ins-trumentalistas, utilitaristas e individualistas, la prevención constituye, sobre todo, una práctica política y social (57). No significa meramente un acto médico o una acción anticipatoria de la enfermedad (27). tampoco sería adecuado inter-pretarla como evidencia del proceso de medica-lización (40) que lleva a las mujeres a someterse a exámenes ginecológicos y de mama de acuerdo a ciertas normas impuestas mediante protocolos médicos que buscan la detección de enferme-dades en la población femenina. en contrapo-sición a esta mirada, la prevención simboliza una acción crítica y reflexiva sobre la vida, una toma de conciencia sobre la propia existencia, así como la capacidad de actuar con autonomía y, sobre todo, un modo de ejercer el derecho a la salud (58). estas premisas sostienen que el cuidado de la salud genera acciones en diferentes ámbitos de la vida, promueven roles protagónicos en la propia vida y conllevan la reivindicación de otros derechos. ¿Por qué, entonces, no trabajar para transformar las representaciones sociales de la prevención del cáncer para ser pensadas y experi-mentadas como una práctica que hace posible la mejora del bienestar de las mujeres, la creación de condiciones para una vida digna y el ejercicio de sus derechos ciudadanos? Si se reconoce la importancia de trabajar desde un abordaje colectivo e integral de pre-vención del cáncer de cuello de útero y de mama, cabría interrogarse sobre las acciones familiares, médicas, culturales, recreativas, religiosas y labo-rales, entre otras, que podrían generar conciencia sobre la importancia de la prevención del cáncer. ¿cómo podrían integrarse esas acciones de manera de hacer posibles prácticas efectivas? (39) ¿cómo lograr el acceso al PAP y la mamografía en mujeres no usuarias de los servicios de salud? ¿Qué sería necesario para que las mujeres retiren los resul-tados y no abandonen los tratamientos? ¿Qué podría aportarse para modificar las representa-ciones sobre el cáncer y las técnicas de detección? ¿Qué estrategias ayudarían a contrarrestar el pudor femenino? en este tema surgen nuevas cuestiones relacionadas a las instituciones de salud en las que centra su interés este artículo: ¿qué acciones llevan a cabo los servicios de los diferentes sub-sectores del sistema de salud; qué papel cumplen las organizaciones de la sociedad civil; qué tienen en común y en qué difieren las acciones de insti-tuciones gubernamentales y no gubernamentales, públicas y privadas; qué principios orientan el diseño de esas acciones y las lógicas de funcio-namiento con que se aplican; cómo se articula lo interdisciplinario y lo intersectorial? los resultados de esta investigación se interpre-taron desde el campo teórico de la salud colectiva (59-60) y de la integralidad en salud (61). Ambas concepciones comprenden a las instituciones de salud como el espacio en que se implementan las políticas públicas y en el cual son resignificadas, entendiendo que las instituciones de salud y sus profesionales actúan como mediadores, facili-tando u obstaculizando las prácticas de cuidados de los usuarios de los servicios de salud. las ins-tituciones de salud también pueden ser definidas, según Foucault (62), como dispositivos de poder heterogéneos (discursos, arquitectura, leyes, pro-posiciones filosóficas, científicas y filantrópicas), donde lo dicho y lo no dicho son también ele-mentos de los dispositivos.
Translation - English (Fragments of an article from Revista Salud Colectiva. Complete English version available at: http://revistas.unla.edu.ar/saludcolectiva/article/view/33/pdf_87)
Prevention of cervical and breast cancer in health services and non-governmental organizations in the city of Buenos Aires
INTRODUCTION
In Argentina – as in many other countries around the world – breast cancer constitutes the principal cause of cancer death among women. It is estimated that every year nearly 17,000 new cases are diagnosed, and approximately 5,400 women die from this disease. As breast cancer is difficult to prevent, health policy should focus on early detection and the provision of adequate treatment (1) (a).Cervical cancer constitutes the second cause of cancer-related death in women nationally. Although this disease is preventable, estimates show that every year 3,000 new cases are diag-nosed and approximately 1,800 women die of this disease (2). Despite the fact that the burden of disease is less than in other Latin American countries, there are significant contrasts among mortality rates in different Argentine provinces (3).Breast cancer mortality rates also vary across jurisdictions. In the period from 2003-2007, the Autonomous City of Buenos Aires presented the highest breast cancer mortality rate (28 per 100,000 women versus 22.4 nationwide) (1), while during the 2004-2006 period it presented the lowest cervical cancer mortality rate (3.8 per 100,000 women versus 7.2 nationwide) (4). In this jurisdiction, social inequalities in cancer care persist among women belonging to different socioeconomic groups (5-8).Many studies on cervical and breast cancers in Argentina show that the actions taken by institutions and healthcare providers have had a great impact on preventive, diagnostic, and therapeutic practices for these diseases (1,3,5-13). Among such studies, those that analyzed barriers in access to Papanicolaou (Pap) tests and mammograms, as well as the factors that made women with abnormal Pap smears discontinue medical care in the stages of diagnosis, follow-up, and treatment in public and/or private hos-pitals of the Buenos Aires Metropolitan Area and other areas of the country, indicated problems in implementing public policies aimed at pre-vention through health services and related to the physical and human resources available. The poor institutionalization of government pro-grams, the absence of the educational function of medical consultation, the lack of training in performing mammograms and interpreting Pap test results, lengthy waiting periods for receiving medical attention, delays in obtaining the results and administering treatments, the absence of follow-ups in cases of positive results, and moni-toring and evaluation were some of the problems identified. However, other studies have shown that positive relationships established between patients and healthcare professionals and strat-egies developed by doctors and healthcare teams (tracking the women to give them the results) had a positive influence on the understanding of abnormal Pap test results and the women’s con-sistency during follow-up and treatment.In the context of a fragmented and highly heterogeneous health system in terms of access that displays notorious social inequalities in pre-ventive practices related to women’s sexual and reproductive health (14-17), this article (c) aims to reflect on the scope and limitations of the approaches to cervical and breast cancer pre-vention in public, private, and social security sector healthcare services and non-governmental organizations (NGOs) in the Autnomous City of Buenos Aires, intended to reduce the magnitude of these diseases.
Cancer prevention and health institutions
Throughout history, disease prevention has been intrinsically linked to beliefs and evidence regarding health and its determinants, based on the demographical, epidemiological, socioeconomic, political, cultural, and technological aspects of a given society at each historical moment (23). After the modernization of western societies and their progressive medicalization from the 18th century onwards (24), the preventive model which had been based on the isolation of diseased individuals shifted towards the recognition of rights and the notion of citizenship, linked to improvements in environmental and social conditions, education, community participation, and interdisciplinary/intersectoral integration, leading to the expansion of the field of prevention beyond the healthcare system and medical field (25-27). As a result of these conceptual changes, the strict biomedical approach gave way to a more comprehensive, complex, and multidimensional approach (28,29). From the 1970s onward, with the recovery of the 19th-century social medicine approach, the greater complexity of these conceptual frameworks has been expressed through a variety perspectives, including primary health care (PHC) (30) and health promotion (31,32) – concepts supported by international health organizations (33,34) – as well as the concept of vulnerability (35). The incorporation of a broader perspective on issues of health and disease and the strategies to prevent them has nevertheless had little repercussion in terms of concrete action (29,36-38). One of the persisting problems is the predominant model of medical care, which aims at curing disease and focuses on the structure of hospitals and the development of highly complex technology rather than promoting primary health care and preventive action. Another problem is found in the healthcare model based on the medical dis-cipline, with solutions dependent on access to health care services and the expansion of health care, in that it hinders multidisciplinary work and structures preventive actions and health education through the dissemination of information and recommendations to modify individual behavior (39) without taking into account socioeconomic, historical, cultural, and gender-based aspects that condition preventive practices (40-48). Following Sergio Arouca (36), our view is that the principal problem of preventive medicine is the difficulty in making it into a political movement capable of implementing change. According to a comprehensive approach to health (27-49) (d), cervical and breast cancer care is a process made up of different components: primary prevention, which includes education, awareness building, Human Papilloma Virus (HPV) vaccination campaigns; secondary prevention or early detection of pre-carcinogenic or carcino-genic lesions; diagnosis, follow-up, and treatment of these diseases; providing support to women in whom some type of lesion has been detected; and other measures aimed at improving their quality of life and general welfare. These actions can be facilitated by the articulated and coordinated work of different social groups. Collective action allows for the creation of political, social, and cultural conditions necessary for developing healthcare habits, that for women are mediated by their tendency to prioritize other people’s needs over their own as well as the social norms and beliefs that shape their behavior.Early detection of pre-carcinogenic and car-cinogenic lesions (via Pap tests for cervical cancer and mammograms for breast cancer) is highly effective in reducing morbidity and mortality caused by these diseases (50) when accompanied by a quality diagnosis, appropriate treatment, and adequate follow-up (51). This requires the proper organization and operation of healthcare services. From a comprehensive perspective, the concept of prevention cannot be considered separate from the diagnosis, follow-up, and treatment of disease, nor from other factors that influence health care, such as the right to education, among others. In other words, it is of no use informing women of the factors that may cause cancer or simplifying the access to Pap tests and mammograms if it cannot be guaranteed that the remaining stages of care will be correctly followed through (1-3).A significant challenge in cervical and breast cancer prevention is having women adopt certain habits to detect these diseases, which are often invisible at early stages. In order for prevention to be effective, it is essential that women periodi-cally attend healthcare centers for Pap tests and mammograms, collect their results, and follow through with treatment if pre-carcinogenic lesions or cancer are detected (11-13). In order to prevent cancer, it is absolutely necessary that women do not postpone treatment and continue to receive medical care throughout their entire life, even when they may have to attend to family or work issues (52-54). In contexts of social vulnerability, structural poverty, and violence (55), there are larger challenges present and women face a series of urgent problems: how can they prioritize visits to healthcare centers when they experience necessities such as lack of food, housing, and employment? It should also be noted that it is difficult for some women to overcome feelings of embarrassment when exposing their bodies in gynecological and breast exams, the fear of pain or suffering during examinations, and the fear of cancer, disability, or death (56). In cases such as these, an inevitable question arises: how can cancer prevention be made the result of autonomous and informed action demanded by women?
Unlike instrumentalist, utilitarian, and indi-vidualistic interpretations, prevention is primarily a political and social practice (57) that cannot be reduced to a medical procedure or an action preemptive to a disease (27). It would also be inaccurate to interpret it as evidence of the medical-ization process (40), whereby women are required to submit to gynecological and breast examina-tions under norms imposed by medical protocols seeking to detect disease in the female population. Rather, prevention symbolizes a set of critical and reflexive actions regarding life, the awareness of one’s own existence, the capacity to act autono-mously, and above all, the exercise of the right to health (58). These principles support the notions that health care fosters action in different areas of life, promotes independent decision-making, and implies the acknowledgment of other rights. It should be asked, then, if work should be done to change the social representations of cancer pre-vention so as to be thought of and experienced as a set of practices that can help women improve their well-being, create conditions for a dignified life, and exercise their rights as citizens.Recognizing the importance of a collective and comprehensive approach to cervical and breast cancer prevention implies raising questions about the relevance of family-based, medical, cultural, recreational, religious, and workplace actions (among others) that could build cancer prevention awareness. How could these actions be integrated such that effective practices are developed? (39) How could women who do not use healthcare services access Pap tests and mam-mograms? What would be necessary for women to collect test results and not discontinue their treatment? What contributions could be made to change representations of cancer and detection techniques? What strategies could help diminish women’s feelings of embarrassment? In this line of inquiry, new questions regarding health insti-tutions emerge, around which this article is focused: what actions do the different subsectors of the healthcare system perform? What role do civil society organizations play? What differences and similarities do actions by governmental and non-governmental institutions (whether public or private) have? What are the guiding principles in the design of these actions and what is the oper-ative logic with which they are applied? How are interdisciplinary and intersectoral actions orga-nized and articulated?The findings of this study were interpreted in the theoretical framework of the collective health (59-60) and comprehensive health care perspec-tives (61). Both perspectives posit that healthcare institutions are the places where public policies are implemented and resignified and where healthcare institutions and professionals act as mediators, facilitating or encumbering practices for healthcare users. According to Foucault (62), healthcare insti-tutions can also be defined as heterogeneous power apparatuses (through discourses, architecture, and laws as well as philosophical, scientific and philan-thropic propositions) where what is said and what is not said are also elements of these apparatuses.
Spanish to English: What is micropigmentation? General field: Other Detailed field: Cosmetics, Beauty
Source text - Spanish https://drive.google.com/file/d/1Fd0vftY1zmd9qQmHVBUMvGgLAUk2pDkW/view?usp=sharing
Translation - English https://drive.google.com/file/d/1XdkxTUPHVqMiq0IeptlKPQidOzzE9fy5/view?usp=sharing
English to Spanish: Quick start guide General field: Tech/Engineering Detailed field: Cosmetics, Beauty
Source text - English https://drive.google.com/file/d/1VE33oBpEN7WpQfYwCqPooU_0dukLblq8/view?usp=sharing
Spanish to English (Universidad Nacional de Lanús) English to Spanish (Universidad Nacional de Lanús)
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Bio
Soy Traductora Técnica Universitaria en Idioma Inglés, graduada en la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), y estudiante avanzada de la carrera de Traductorado Público en Idioma Inglés en la misma casa de estudios.
Me especializo en la traducción técnica y audiovisual. He participado de diversas capacitaciones, como ser charlas, talleres, congresos y jornadas. Asimismo, he realizado el curso de subtitulado y doblaje.
Cuento también con el Tramo Pedagógico para Profesionales, Técnicos Superiores y Técnicos del Nivel Medio de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
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