Translations of this segment (23 total; 23 unique)Y no hay nada, fuera de morir, que se iguale a la soledad del sonido De la acera de la ciudad adormecida Y el bajón mañanero del domingo Y solo la señora muerte Iguala el sonido sepulcral De una ciudad que duerme En una mañana de domingo Y no existe nada, salvo perder la vida, que sea ni la mitad de solitario que el sonido de la acera de la ciudad dormida y el bajón de la mañana del domingo Y, no hay nada, aparte de la muerte, que sea tan desolador como el sonido de la acera de la ciudad dormida y estar de bajón, la mañana del Domingo Y no hay nada sino el morir casi Que sea la mitad de solitario que el sonido De la acera de una ciudad durmiente Y el caer de una mañana de domingo Y no hay nada que me tenga tan al borde de la muerte Ni que sea la mitad de solitario como el sonido de una acera citadina que duerme Y un domingo por la mañana que se viene abajo Y no hay nada tan cercano del morir Que sea la mitad de solitario como el sonido. De la acera de una ciudad que duerme Y llegando la mañana del domingo Y no hay nada cuando queda poco para morir que sea la mitad de solitario que el sonido de la acera de la ciudad durmiente y la mañana de domingo cayendo Y no hay nada tan parecido a la muerte, ni la mitad de solitario, que el sonido de una descarnada acera urbana durmiente, y el de una mañana de domingo cayendo a plomo Y no hay nada breve y mortal que sea la mitad de solitario que el sonido de la acera de la ciudad dormida y la mañana de domingo que cae Y no hay nada que acorte la muerte o que haga menos solitario a alguien, como el sonido de un peatón de la ciudad dormida y una mañana acabando un domingo Y no hay sino la muerte La mitad de solitario que el sonido De la acera de la ciudad durmiente Y el pasar de un domingo a la mañana Y no hay nada más breve que morir, que es la mitad de solitario que el sonido de una ciudad durmiendo y de una mañana de domingo llegando a su fin Y salvo la muerte, no hay nada Tan solitario como los sonidos De una acera somnolienta y citadina Mientras se desgrana la mañana del domingo Y no hay nada en la muerte que sea tan solitario como el sonido de la acera de la ciudad dormida Y la mañana del domingo apareciendo y no hay nada mas corto que morir que la mitad de solo que el sonido de una acera de una ciudad dormida y con el bajón del domingo por la mañana Y no hay nada por doquier en la muerte Que estar medio solo mientras el sonido De las cuadras del Domingo de la mañana llega Y no hay nada mas corto que morir.Es casi igual de solitario que el ruido de la calle de la ciudad durmiente. Y que el de Domingo de mañana Y no hay nada que se parezca más a morir Y que sea la mitad de solitario, que el sonido De la acera de la ciudad durmiente Y la resaca del domingo por la mañana Y no hay nada salvo morirse que sea aproximadamente tan solitario como el sonido de la acera de una ciudad durmiente, y madruga el domingo Y no hay nada más desalentador y deprimente, que sea tan desolador como la soledad de tus pasos cuando caminas por una ciudad dormida, en un atardecer de domingo Y qué parecido a la muerte es el sonido aletargado de la acera de una ciudad durmiente un domingo al amanecer Yo sé, Señor tu sabes todo, y tus razones tú tendrás, pero yo Señor ignoro, si mi dolor tú quitarás |